Se procederá a la inspección minuciosa del lugar, para determinar el grado de infestación, tipo de plaga a combatir, por especie y desplazamiento de la misma.
En base a los resultados de la inspección, se procederá al control de la plaga mediante el uso de rodenticidas, los cuales se colocarán en bandejas, bolsitas de plástico o cajas debidamente rotulados indicando: VENENO. Estos puntos de cebado se colocarán en sitios cercanos a las paredes o senderos que habitualmente son utilizados por los roedores, así como también dentro de sus refugios.
Los puntos de cebado se deberán mantener fuera del alcance de los niños y/o mascotas.
Para evaluar los resultados, se observará el consumo de cebos por parte de los roedores, Si estos han dejado de consumir, el área tratada se considerará libre de roedores, procediéndose a higienizar el lugar, procedente a la desinfección del área, retirar los roedores muertos, los cuales serán dispuestos en recipientes adecuados y retirados del lugar por transportes de residuos peligrosos autorizados, para su disposición final según la normativa vigente.
Se realizarán luego inspecciones periódicas a fin de verificar que no se produzcan reinfestaciones. En caso de no haber cesado el consumo de cebos, se procederá a reponer los mismos hasta detectar un cese de consumo. Las medidas de saneamiento del lugar desratizado que el operador debe instruir al responsable del lugar son: Eliminación de trastos viejos, adecuada disposición de los residuos, correcta limpieza e higiene del lugar, sellado de posibles lugares de ingreso, protección de alimentos preparados o de almacén.
Se utilizan trampas adhesivas ecológicas, producto alternativo de desratización importantísimo, que controla rápidamente infestaciones de roedores, brindando seguridad para las personas, por carecer de toxicidad, logrando así resultados periódicos